Creencias
Las creencias son generalizaciones que hacemos sobre los demás y sobre nosotros mismos. Configuran nuestros esquemas mentales y nos llevan a pensar y actuar de cierto modo, dando un sentido particular a la realidad que nos rodea.
Creencias y niveles neurológicos para el cambio
Las creencias se sitúan en el cuarto nivel de la pirámide de niveles neurológicos para el cambio, según la programación neurolingüística (PNL). Conforman nuestro sentido de la realidad, es decir, son nuestro filtro para ver e interpretar el mundo.
Las creencias afectan a nuestra percepción de lo que nos rodea. Son potenciadoras o limitadoras de nuestras conductas. Pueden fomentar nuestras capacidades y también inhibirlas. Es por ello, que en el desarrollo personal y profesional son elementos claves a analizar y trabajar.
¿Cómo funcionan las creencias?
Las creencias actúan como órdenes directas en el cerebro, facilitando o inhibiendo el logro de objetivos. Nuestro diálogo interno nos dirá «puedes» o «no puedes», en ambos casos será cierta la afirmación y dependerá de nuestras creencias al respecto el que despleguemos una conducta u otra.
Nuestras creencias nos permitirán hacer generalizaciones de distinto contenido. Los siguientes tres tipos de contenido conforman el esquema de creencias más comunes:
Causas
"Mi jefe me deprime" (mi jefe es la causa de mi depresión)
Significado
"Estar deprimido es estar enfermo" (condición limitante)
Límites
"La depresión me impide ir a trabajar"
Tipos de creencias
- Descriptivas
- Perceptivas
- Presuposiciones
Son verdades que nos construimos acerca del mundo (personas, hechos, conceptos, etc.). Nos sirven para definir el mundo y son la base de nuestras opiniones.
Las empleamos para poner límites al mundo, limitan nuestra realidad. Con ellas establecemos fronteras entre lo que posible o no.
Son creencias expresadas en forma condicional.
Afirmaciones tipo es / no es:
«El amor lo es todo»
Afirmaciones del tipo puede/debe ser, hacerse o tenerse:
«Necesito ser más tenaz»
Frases tipo «Si ….. entonces ….»
«Si fueses mi amigo de verdad, me lo contarías»
Niveles de creencias
Creencias conscientes – opiniones
Las elaboramos a través de la razón, en un plano consciente. Son creencias más superficiales, por lo que pueden modificarse con mayor facilidad. No están profundamente ligadas a los valores y principios de las personas.
Creencias inconscientes
Son nuestras verdades internas. No pueden racionalizarse, no son contrastables científicamente o con datos.
Creencias núcleo
Son creencias primarias que nos proporcionan el marco para percibir el mundo y nuestra forma de relacionarnos con él.
Se establecen en la primera infancia y no son accesibles a nivel consciente.
¿Cómo se forman las creencias?
Algunas creencias empiezan a formarse durante la primera infancia. Se cree que, incluso, en el estado prenatal podrían establecerse algunas de nuestras creencias.
Las primeras vivencias tienen, por tanto, una influencia muy importante en la formación de nuestras creencias, ya que una parte del aprendizaje se produce a nivel inconsciente durante esta etapa del desarrollo de la persona.
Las creencias siguen formándose durante toda la vida de la persona, en base a las experiencias que va afrontando. Están muy ligadas a las emociones (respuestas inconscientes), especialmente, si la emoción es suscitada por una experiencia intensa o traumática. De este modo, algunas experiencias nos marcan de por vida y ayudan a conformar creencias sobre el contexto o la forma en que se produjeron e, incluso, sobre la respuesta, propia y/o ajena, a situaciones asimilables.
Las creencias no son totalmente inmutables. Sobre la base de las nuevas experiencias y del conocimiento que adquirimos, modificamos nuestros esquemas mentales y nuestras creencias. Esto es importante cuando tratamos de resolver respuestas poco adaptativas para la persona y en cuyo trasfondo están algunas creencias limitantes.
Afortunadamente, también tenemos creencias que nos proyectan positivamente y potencian nuestras capacidades. La base del desarrollo personal es un trabajo orientado a sostener y fortalecer estas creencias potenciadoras y manejar, adaptativamente, las creencias que nos limitan para alcanzar nuestra mejor versión de nosotros mismos.
Son varias las técnicas que podemos emplear para analizar estados presentes y deseados, trabajando las fuerzas que nos impulsan o que nos frenan a alcanzar objetivos. Te invito a revisar la entrada Análisis del Campo de Fuerzas en el que se expone una de esas técnicas de desarrollo.