Definiendo la creatividad
Definiendo la creatividad… intentando captar su esencia
Mucho en ella es invisible, no-verbal e inconsciente. Por lo tanto, incluso si tuviéramos una concepción exacta de la creatividad, estoy seguro de que tendríamos dificultades para expresarla a través de palabras. Sin embargo, si vamos a estudiarla científicamente, debemos tener alguna definición aproximativa» (Torrance, 1993, p. 43).
Con esta cita, uno de los estudiosos más descatables sobre la cuestión de la creatividad, Torrance, apelaba a la necesidad de definir la creatividad de una forma científica, con el propósito de poder abordar adecuadamente su estudio formal.
¿Por qué es necesario definir la creatividad?
La creatividad es un fenómeno con muchas dimensiones. Un constructo complejo que necesita de una definición suficientemente consensuada para poder avanzar en su estudio. Sin embargo, hasta 1950 no se observa un verdadero interés por analizarla científicamente. Con Guilford se produce ese cambio y gracias a él, la creatividad empieza a entenderse como un fenómeno abordable por la ciencia.
¿Es posible alcanzar una definición integradora?
A pesar de su complejidad y multidimensionalidad, Vernon (1989a) considera que es posible alcanzar una definición integradora de la creatividad:
Creatividad es la capacidad de la persona para producir nuevas y originales ideas, descubrimientos, restructuraciones, invenciones u objetos artísticos, los cuales son aceptados por los expertos como elementos valiosos en el terreno de las ciencias, la tecnología o el arte. Tanto la originalidad, como la utilidad o el valor, son propiedades del producto creativo a pesar de que estas propiedades puedan variar con el paso del tiempo (p. 94)
Otras definiciones de creatividad
Sternberg y Lubart (1991) consideran que es la habilidad para producir ideas nuevas, apropiadas y útiles a la sociedad o al individuo.
Kaufman y Sternberg (2007) la definen como algo diferente, nuevo e innovador, de calidad y apropiado para la tarea, o para redefinir tal tarea de forma valiosa.
Un fenómeno polisémico
Definir la creatividad sigue siendo una tarea complicada, de hecho se considera un fenómeno polisémico al existir más de 200 definiciones, si bien, pueden identificarse ciertas constantes que permitirían generar un marco conceptual para facilitar su comprensión (Marín y de la Torre, 1991).
Elementos comunes en las distintas definiciones de creatividad
A pesar del gran número de definiciones que existen sobre la creatividad, hay una serie de elementos comunes en muchas de ellas, como se muestra en el esquema que aparece a la izquierda de la pantalla.
En un plano más concreto, se suelen contemplar cuatro niveles de análisis que tradicionalmente se conocen como las 4 P’s de la creatividad (Rhodes, 1961). Otros autores proponen dos dimensiones adicionales, por lo que también se hace mención en la literatura a las 6 P’s de la creatividad.
Diversos enfoques estiman más útil tratar la creatividad como una magnitud que como una entidad unidimensional. Así, se entiende la creatividad dentro de un rango de magnitudes que abarca desde la creatividad menor, Little-c, a la creatividad mayor o madura, Big-C. La Little-c resulta de interés para estudiar los factores que influyen a nivel cotidiano, en el entorno educativo, en el laboral y en el social (Cropley, 2011). Por su parte, la creatividad Big-C hace mención a la eminencia en algún ámbito.
Definir la creatividad dicotómicamente supone perder matices, resultando excesiva o insuficientemente inclusiva, por lo que no representaría la distribución real en la población.
En un esfuerzo por superar estas limitaciones, recientemente algunos autores añaden dos nuevas dimensiones; Mini-c y Pro-c.
Mini-c se refiere a los nuevos conocimientos intrapersonales y las interpretaciones de las experiencias personales o acciones. Es útil para distinguir entre la génesis de la expresión creativa (Mini-c) y las expresiones reconocibles de la creatividad (Little-c), es decir, ayuda a diferenciar las formas subjetivas y objetivas de la creatividad Little-c (Beghetto y Kaufman, 2009).
La categoría Pro-c representa un nivel que nace en la Little-c, sin alcanzar la Big-c, por lo que ayuda a entender el espacio comprendido entre ambas. Es la creatividad relacionada con la pericia, requiere conocimiento, motivación y alto desempeño (Cohen, 2011).
También se ha intentado definir como un continuo, por ejemplo el Continuo de comportamientos creativos adaptativos (Cohen, 2011) en el que se considera como unidad de análisis la interacción persona-ambiente, desde un punto de vista adaptativo, con claras influencias de la teoría Piagetiana de los estados del desarrollo (Piaget, 1936; 1967; 1970).
Este continuo contempla desde la creatividad en niños pequeños, hasta la que presentan los adultos eminentes. Las variables que se consideran influyentes son: propósito, novedad, valor, velocidad y estructura. A lo largo del continuo, Cohen (2011) propone siete niveles que van desde la creatividad más mundana, a la creatividad transformadora o eminente.
Desde una perspectiva organizacional, Teresa Amabile (1988) entiende la creatividad como la producción de ideas novedosas y útiles. Se considera que una idea es novedosa cuando es única en relación con otras ideas que actualmente existen dentro de una organización y es útil cuando tiene un valor potencial, directa o indirectamente, a corto o largo plazo (Shalley y Gilson, 2004). Dado que la creatividad implica la generación de ideas, se ha considerado un precursor de la innovación, mientras que la innovación implica la puesta en marcha de dichas ideas, es decir, su implementación.
Igualmente, desde el punto de vista organizacional, Basadur y sus colegas entienden la creatividad como algo adaptativo al medio y la definen así:
un proceso proactivo que permite a la organización cambiar y adaptarse de forma continua. Implica deliberado descontento-descubrimiento de nuevos problemas a resolver, hallazgo de nuevas cosas que hacer y la adopción de nuevas tecnologías y métodos antes que la competencia. La adaptabilidad es disruptiva (Basadur y Basadur, 2011, p.86).
La creatividad suele relacionarse con la innovación en los entornos organizacionales. Así, Woodman, Sawyer y Griffin (1993) la conceptualizan como subconjunto de la innovación y esta, a su vez, del conjunto mayor que sería el cambio organizacional:
La creatividad organizacional es la creación de valor, utilidad de nuevos productos, servicios, ideas, procedimientos o procesos, llevados a cabo por individuos que trabajan juntos en un sistema social complejo.
Aterrizando la creatividad
Las definiciones son necesarias para poder investigar los fenómenos que nos rodean, pero nunca consiguen captar toda la esencia, todos los componentes de aquellos constructos complejos y multivariables como es la creatividad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Aguilera-Luque, A. M. (2016). Creatividad organizacional: un estudio cuantitativo de la eficacia de los programas de entrenamiento en creatividad. Tesis Doctoral. Universidad de Valencia.
Amabile, M. T. (1988). A model of creativity and innovation in organizations. In B. M. Staw & L. L. Cummings (Eds)., Research in organizational behavior. Vol. 10 (pp. 123–167)
Basadur, M., & Basadur, T. (2011). Attitudes and creativity. In Encyclopedia of Creativity (2nd ed., pp. 85–95). San Diego: Academic Press.
Beghetto, R. A., & Kaufman, J. C. (2009). Intellectual estuaries: Connecting learning ad creativity in programs of advanced academics. Journal of Advanced Academics, 20(296), 324.
Cohen, L. M. (2011). Adaptation, adaptiveness and creativity. In Encyclopedia of Creativity (2nd ed., pp. 9–17). M.A. Runco y S.R. Pritzker (Edits).. London: Elseiver.
Cropley, A. J. (2011). Definitions of creativity. In Encyclopedia of Creativity (2nd ed., pp. 358–369). Elsevier.
De la Torre, S. (1991)
Guilford, J. P. (1950). Creativity. The American Psychologist.
Kaufman, J. C., & Sternberg, R. J. (2007). Resource review: Creativity. Change, 39(4), 55–58.
Marín, R., & de la Torre, S. (1991). Manual de Creatividad. España: Vicens Vives.
Piaget, J. (1936). El nacimiento de la inteligencia de un niño (1969). Madrid: Aguilar.
(1967). Biologie et connaissance. Paris: Gallimard.
(1970). Genetic epistemology. New York: Columbia University Press.
Rhodes, M. (1961). An Analysis of Creativity. The Phi Delta Kappan, 42(7), 305–310.
Shalley, C., & Gilson, L. (2004). What leaders need to know: A review of social and contextual factors that can foster or hinder creativity. Leadership Quarterly, 15(1), 33–53.
Sternberg, R. J., & Lubart, T. (1991). An Investment Theory of Creativity and Its Development. Human Development, 34(1), 1–31.
Torrance, E. P. (1993). The nature of cretivity as manifest in its testing. In R. J. Sternberg (Ed)., The Nature of Creativity. Cambridge: Cambrigge University Press.
Vernon, P. (1989a). The nature-nurture problem in creativity. In R. Glober, R. Ronning, & C. R. Reynols (Eds)., Handbook of Creativity. New York: Plenum.
Woodman, R. W., Sawyer, J. E., & Griffin, R. W. (1993). Toward a theory of organizational creativity. The Academy of Management Review, 18(2), 293–321.
La Tendencia actual es hablar de Innovación, desde su perspectiva cual es la diferencia y/o semejanza?
Buenas tardes, Giovanni Higuera. En primer lugar, gracias por leerme y comentar.
Respondiendo a tu pregunta, innovación y creatividad son dos conceptos estrechamente relacionados, pero no son la misma cosa. Creatividad puede ser el antecedente de la innovación, es decir, para innovar puedo necesitar de la creatividad para generar nuevas ideas de productos, servicios o procesos, aunque no siempre que innovamos estamos siendo creativos, así como, no siempre que creamos una idea conseguimos innovar. Me explico.
En el primer caso, una organización puede realizar una innovación en sus procesos o productos o servicios sin que haya sido el resultado de implementar una idea propia. Por tanto, aquí no existe creatividad sino adaptación de las ideas de otros. Para la organización es innovador porque no lo ha hecho anteriormente, pero para el resto de la sociedad no tiene por qué ser innovador y, menos aún, creativo.
En el segundo caso, pongamos como ejemplo que a mí se me ocurre una idea fantástica, es original y nueva, pero no consigo llevarla a la práctica porque no se dan las condiciones necesarias, he sido creativa pero no innovadora. La innovación requiere totalmente la puesta en el mercado de esa novedad, implementar las ideas, la creatividad no (es el paso anterior). La innovación necesita aterrizar (un producto, un servicio, un cambio en la manera de hacer las cosas) mientras que la creatividad puede no materializarse y no por ello dejar de existir.
Personalmente, me interesan mucho ambos procesos. En innovación trabajo desde hace varios años como consultor, pero la creatividad como proceso mental me fascina y por ella estudié psicología y dedico parte de mi vida a investigarla tanto desde la óptica del individuo, como desde la óptica organizacional.
Espero haber contestado a tu pregunta. Si necesitas cualquier otra aclaración, encantada de poder ayudar.
Saludos,
Ana
Me gusta el tema de la Creatividad, he leído un poco sobre algunos autores y comparto lo que ha publicado, tiene usted por casualidad información sobre el test de torrance, como surge para ser exacto
Buenas tardes Ricardo y gracias por tu interés en mi blog.
El TTCT es un test para medir el «pensamiento creativo» que es un constructo que define E Paul Torrance como resultado de sus investigaciones sobre creatividad, especialmente, en entornos educativos desde mediados de los años 60 del siglo pasado. Tiene varias escalas y sigue empleándose como instrumento de medida de la creatividad, aunque con los años ha sufrido algunas revisiones de contenido y forma.
Un saludo,
Ana